Conciencia social

Camino por la avenida cabildo, el calor es insoportable, la gente esta mas chiflada que de costumbre. Un ex combatiente en silla de ruedas atropella a todos los que se cruzan por su camino. Una vieja coqueta suelta alaridos de desesperación, una moto había transformado su perro chihuahua en puré de tomate. Tres colegialas huyen desesperadas de un violador, a nadie parece importarle que un hombre corra masturbándose detrás de ellas. El calor hace cosas extrañas en la gente.
Me detengo en una esquina, cuando me dispongo a cruzar, un colectivo casi me atropella. Este frena en la parada unos cuantos metros mas adelante. Lo sigo con la mirada, los peatones se chocan y pisotean para subir. Veo a través de las ventanas, un viejo intenta descender, los otros pasajeros lo empujan y bajan rápidamente. Finalmente no queda nadie por descender, excepto el decrepito anciano, ahora es su turno. Comienza su lenta tarea de descenso, el chofer se impacienta, el hombre mayor es insultado y abucheado. Apoya un pie en el pavimento, el colectivo arranca, cae, su cara se estrella en el suelo. Comienza a sangrar, una moto lo esquiva mientras unos adolescentes se ríen, “mira a ese viejo boludo”. Sigue tirado, los autos le tocan bocina, la gente lo vuelve a insultar. Un conductor desciende se su vehículo, lo agarra de un brazo y lo arrastra hasta la acera. La gente lo aplaude, lo deja tirado, vuelve a su BMW y arranca. El anciano se siente abatido, frustrado, deprimido, se lastimo y a nadie le importa. Todo esta claro en su cabeza ahora, es victima de lo que el mismo creo, todo es su culpa.