CLICK HERE FOR BLOGGER TEMPLATES AND MYSPACE LAYOUTS »

Sus ropas sobre la arena



Pablo estaba cansado, necesitaba unos días para ordenar su cabeza. Todo había pasado demasiado rápido, en tan poco tiempo. Tenia que alejarse de los lugares cotidianos, que le recordaban constantemente, lo que quería olvidar.
A la mañana siguiente estaba en retiro, 6 horas después en mar del plata. Había algo de esa ciudad que le reconfortaba, tal vez por que parecía haberse quedado en el tiempo, en los ochentas, todo le recordaba a las películas de Olmedo y Porcel.
Las noches comenzaron a pasar y ya se estaba aburriendo. No había mucho para hacer, más que deambular borracho por las calles. Si quería olvidar, iba a ser más fácil con unas cuantas neuronas menos.
La cuarta noche estaba terminando. El estaba pasado de alcohol y el cielo se estaba aclarando. Decidió caminar hasta que se le bajara la borrachera, llego a la playa y siguió caminando. Anduvo por la orilla del mar hasta agotarse, se sentó en la arena y contempló el amanecer. Había algo en ese amanecer que le provocaba nauseas. Quizás fuera el sonido del mar o tal vez del canto de las gaviotas, no estaba del todo seguro, pero sentía unas profundas ganas de vomitar. Entonces escucho PPUUUAAAJJJJ. Pudo ver a su derecha a una joven muchacha de unos 23 años, pelo castaño claro, vomitando sobre la arena. Sintió un calor que le subía desde lo más profundo de sus entrañas, PPPPUUUAAAJJJJJ salio de su boca, junto con una gran mezcla de whisky y cerveza. Cuando terminó, escucho una carcajada. La joven se le acerco, extendió la mano, le ofrecía un chicle de menta. “linda sonata matutina la nuestra” – dijo ella. “últimamente todas mis mañanas son parecidas”.
“mariana! ¿Nos podemos ir? Tengo sueño” decía una voz chillona que provenía desde sus espaldas. “ustedes vayan si quieren, yo me voy a quedar un rato mas”. Sus dos acompañantes se marcharon malhumoradas, una le decía a la otra “siempre lo mismo con esta borracha”.
“¿tu nombre es mariana?”, “así es, ¿el tuyo?”, “Pablo, mucho gusto”, “podes dejar la cortesía de lado, no creo en ella”. “¿como es eso?”, “simple, la cortesía es solo una herramienta para llevarme a la cama”, “¿crees que soy cortes con vos, para ver si te llevo a la cama?, “así es y te digo que no te va a funcionar, ¿tenes un cigarrillo?”. Pablo saco dos cigarrillos, le dio uno. Ambos se quedaron en silencio por un rato. De tanto en tanto él la miraba de reojo, le parecía atractiva. Ella termino su cigarrillo, lo apago contra su brazo, él no dijo nada.
Mariana comenzó a sacarse la ropa, hasta quedar completamente desnuda. “me voy a meter un rato al agua, cuidame la ropa, cuando salga podemos ir a algún lado”. Corrió hacia el mar y se metió. Pablo podía ver como se adentraba cada vez más en el mar. La marea comenzó a crecer, las olas se volvían más grandes, la revolcaban, desaparecía, reaparecía unos cuantos metros a la izquierda o a la derecha. Le gustaba ver el cuerpo de esa chica, su mente proyecto sobre sus ojos todo tipo de fantasía. Cuando volvió a la realidad, ya no la podía ver. Sus pertenencias seguían a su lado, pero ella no estaba a la vista. Se quedó esperándola varias horas, pero nunca volvió. “bueno, otra mas que se va”, se pone de pie y se aleja, dejando sus ropas sobre la arena.

2 Dementes dijeron:

Tenshi Ibarrx dijo...

che, este está bárbaro...te felicito, chabón.

Pentotal sódico dijo...

Si este lo pensé!! No como el del oso barny que lo saque de la galera por que no me salía nada jajajajjaa.
Gracias por pasar. besos