Marcos estaba cansado, hacia horas que conducía por la carretera, sin detenerse. La monotonía del paisaje lo había cansado. Decidió detenerse en el siguiente pueblo y pasar la noche en él.
Aparcó el auto frente al primer hotel que vio. Rentó una habitación por una noche. Le pidió al encargado que le recomendara un lugar donde tomar unas copas. Este le recomendó el Bar de Charly, a tan solo unas calles más abajo.
Entro al bar. Fijó su atención en una morocha, bendecida con una atractiva figura, apenas tapada con un pequeño vestido rojo. Se sentó en la barra, dejando una butaca de distancia de aquella fem fatal. Recorrió el resto del lugar con la mirada. Sobre la mesa de billar, había una joven rubia meneando las caderas al ritmo de la música. Ella estaba tan pasada de alcohol, como los admiradores que tenia a su alrededor. Todos gritándole cosas e intentando tocar sus piernas. Los cuales ella evadía, tanto con sus habilidosos pasos de baile como ignorándolos por completo.
- Esto va a terminar mal - pensó marcos en voz alta.
- Esto pasa todas las noches en Charly`s – dijo una voz femenina a su izquierda.
Marcos miró hacia ese lado, la voz pertenecía a la señorita del vestido rojo.
- ¿Todas las noches y nunca terminó en problemas?
- Algún día los va a tener…- hizo una pausa, luego continuó.
- Mi nombre es mona.
- Marcos, ¿que tal? – ella no respondió
- ¿Cómo hago para conseguir algo de tomar? No hay nadie detrás de la barra.
- ¿Qué tomas?
- Bourbon.
Mona se llevó la mano derecha a la boca y chiflo. El ruido resonó en todo el local. Luego grito.
- ¡Barny, un Bourbon para el caballero!
Detrás de la barra, se abrió una puerta camuflada con un espejo. Apareció un inmenso oso grizzli. Sujetó un vaso, habilidosamente, con la boca y lo deposito frente a marcos. Luego fue hasta el final de la barra, agarro una botella de Bourbon, sirvió su vaso y guardo la botella, para desaparecer inmediatamente por la misma puerta que entró.
- ¿Acaba de pasar lo que yo creo que pasó?
- Si si si. Dijo mona entre risas
- Nunca me voy a cansar de las caras de sorpresa de la gente nueva.
- Pero…¿Cómo hay un oso de camarero?
- Charly lo encontró en el 86, cuando viajo a Montreal. Era apenas un osezno, su madre había sido asesinada por cazadores. El gobierno canadiense no quiso hacerse cargo, ya que el Papa estaba de visita. Querían aparentar que todo estaba bien. Así que hicieron de Barny, el problema de Charly. Desde entonces que nunca se separan. Le enseñó todo tipo de trucos.
- ¿Nunca hubo problemas con el oso? – pregunto marcos todavía obnubilado, mientras intentaba beber su trago.
- Generalmente se porta bien, excepto cuando… - calló repentinamente.
Alguien había puesto “guns and roses” en la maquina de discos, mona se puso pálida mientras comenzaba a sonar “welcome to de jungle. La embebida rubia, seguía haciendo su acto sobre la mesa de billar.
- ¿excepto?
- Cuando suena esta maldita banda en la gramola, barny la detesta.
La puerta espejada se abrió bruscamente, barny salió a los gritos, saltó la barra, le arranco la cabeza a un sujeto sentado al final de esta. Se dirigió a la maquina de discos y comenzó a agitarla para que se detenga, pero la música no paraba. La chica de la mesa de billar empezó a gritarle al oso. “¡no la saques! Me gusta esta canción”. Mientras seguía moviendo las caderas. Barny la derribo con una mano y le arrancó toda la ropa a zarpazos. Un sujeto intento detenerlo, pero sus tripas terminaron decorando el suelo. Entonces subió a la mesa y comenzó a violarla, mientras ella gritaba histéricamente. Otros sujetos intentaron, vanamente detenerlo, pero todos terminaron consiguiendo un viaje gratis a la morgue.
- Bueno, cuando se porta mal, lo hace en serio. –dijo mona finalmente.
- Puedo verlo claramente.
Mona pasó detrás de la barra y agarro una botella de Jack Daniels.
- ¿está lejos tu hotel?
- a dos calles de acá.
- vamos.
Aparcó el auto frente al primer hotel que vio. Rentó una habitación por una noche. Le pidió al encargado que le recomendara un lugar donde tomar unas copas. Este le recomendó el Bar de Charly, a tan solo unas calles más abajo.
Entro al bar. Fijó su atención en una morocha, bendecida con una atractiva figura, apenas tapada con un pequeño vestido rojo. Se sentó en la barra, dejando una butaca de distancia de aquella fem fatal. Recorrió el resto del lugar con la mirada. Sobre la mesa de billar, había una joven rubia meneando las caderas al ritmo de la música. Ella estaba tan pasada de alcohol, como los admiradores que tenia a su alrededor. Todos gritándole cosas e intentando tocar sus piernas. Los cuales ella evadía, tanto con sus habilidosos pasos de baile como ignorándolos por completo.
- Esto va a terminar mal - pensó marcos en voz alta.
- Esto pasa todas las noches en Charly`s – dijo una voz femenina a su izquierda.
Marcos miró hacia ese lado, la voz pertenecía a la señorita del vestido rojo.
- ¿Todas las noches y nunca terminó en problemas?
- Algún día los va a tener…- hizo una pausa, luego continuó.
- Mi nombre es mona.
- Marcos, ¿que tal? – ella no respondió
- ¿Cómo hago para conseguir algo de tomar? No hay nadie detrás de la barra.
- ¿Qué tomas?
- Bourbon.
Mona se llevó la mano derecha a la boca y chiflo. El ruido resonó en todo el local. Luego grito.
- ¡Barny, un Bourbon para el caballero!
Detrás de la barra, se abrió una puerta camuflada con un espejo. Apareció un inmenso oso grizzli. Sujetó un vaso, habilidosamente, con la boca y lo deposito frente a marcos. Luego fue hasta el final de la barra, agarro una botella de Bourbon, sirvió su vaso y guardo la botella, para desaparecer inmediatamente por la misma puerta que entró.
- ¿Acaba de pasar lo que yo creo que pasó?
- Si si si. Dijo mona entre risas
- Nunca me voy a cansar de las caras de sorpresa de la gente nueva.
- Pero…¿Cómo hay un oso de camarero?
- Charly lo encontró en el 86, cuando viajo a Montreal. Era apenas un osezno, su madre había sido asesinada por cazadores. El gobierno canadiense no quiso hacerse cargo, ya que el Papa estaba de visita. Querían aparentar que todo estaba bien. Así que hicieron de Barny, el problema de Charly. Desde entonces que nunca se separan. Le enseñó todo tipo de trucos.
- ¿Nunca hubo problemas con el oso? – pregunto marcos todavía obnubilado, mientras intentaba beber su trago.
- Generalmente se porta bien, excepto cuando… - calló repentinamente.
Alguien había puesto “guns and roses” en la maquina de discos, mona se puso pálida mientras comenzaba a sonar “welcome to de jungle. La embebida rubia, seguía haciendo su acto sobre la mesa de billar.
- ¿excepto?
- Cuando suena esta maldita banda en la gramola, barny la detesta.
La puerta espejada se abrió bruscamente, barny salió a los gritos, saltó la barra, le arranco la cabeza a un sujeto sentado al final de esta. Se dirigió a la maquina de discos y comenzó a agitarla para que se detenga, pero la música no paraba. La chica de la mesa de billar empezó a gritarle al oso. “¡no la saques! Me gusta esta canción”. Mientras seguía moviendo las caderas. Barny la derribo con una mano y le arrancó toda la ropa a zarpazos. Un sujeto intento detenerlo, pero sus tripas terminaron decorando el suelo. Entonces subió a la mesa y comenzó a violarla, mientras ella gritaba histéricamente. Otros sujetos intentaron, vanamente detenerlo, pero todos terminaron consiguiendo un viaje gratis a la morgue.
- Bueno, cuando se porta mal, lo hace en serio. –dijo mona finalmente.
- Puedo verlo claramente.
Mona pasó detrás de la barra y agarro una botella de Jack Daniels.
- ¿está lejos tu hotel?
- a dos calles de acá.
- vamos.
2 Dementes dijeron:
jajaja, loco, te zarpás!!! tiene de todo, bar, ruta, chicas hot, violencia, misterio, zoofilia y final abierto (de piernas). Buenísimo, macho. Aguante tu blog.
Jajajaja see quería reivindicar a barny, ya que el otro cuento no me había quedado muy bueno; y un oso en un cuento nunca debería pasar desapercibido.
Saludos mari, gracias por pasar!!
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